martes, 25 de octubre de 2011

El Dr. Apuesto, Parte I

Como dice la canción "Lo nuestro solo fue casualidad, la misma hora y..." La misma boda en un pequeño pueblo, cercano al puerto donde él vive. Nos conocimos gracias a su mejor amigo (que también es mi amigo) y a mi mejor amiga, ninguno se imaginó lo que sucedería después de ese breve encuentro.






Cuando lo vi entrar por la puerta del salón, no pude evitar pensar que ese hombre era increíblemente apuesto, además de tener una gran seguridad y su altivez al caminar, mi sorpresa fue mayúscula al ver que llegó acompañado de mi amigo, quien lo presentó como "Su hermano", el se sentó frente a mi, nuestras miradas se cruzaron al menos media docena de veces, no podía dejar de mirarlo, era tan atractivo a mis ojos, por fin se decidió y me invitó a bailar. Lo primero que dijo fue "Hola pequeña", ante mi mirada desdeñosa y mis 1.71 m de altura, corrigió y dijo "Bueno, pequeña creo que ni de los ojos"






Mientras el sujetaba mi cintura y nos movíamos al compás de la música, me enteré de que el no es hermano de mi amigo, pero que así lo sentía y me enteré de que es médico, ahí su atractivo se fue a la basura ya que en mi cabecita, los médicos son "unossoberbiosegocentricosengreidosconcomplejodesemidios". Regresamos a la mesa, el tenía que marcharse, no sin antes solicitarme cortésmente mi numero telefónico el cual le negué, por su puesto...

1 comentario:

R. R. dijo...

Andale!!! ya estaba yo emocionado y al final lo dejaste soñando?? jajaja que buena onda!! Saludotes!